De acuerdo al conocimiento actual, la mayoría de los niños con errores innatos del metabolismo (EIM) no tienen un riesgo aumentado de infección por el Coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), comparado con otras infecciones epidémicas ya conocidas, o con respecto a otros niños, siempre y cuando cumplan las medidas de higiene de manos, uso de mascarilla y distancia de seguridad recomendadas. La implantación de protocolos como la “declaración responsable”, en la que las familias se comprometen a que sus niños no asistan al colegio o instituto en caso de presentar fiebre o síntomas compatibles con una infección por coronavirus, condicionará muy probablemente que a lo largo de este curso escolar los niños con EIM tengan menos riesgo de descompensación asociado a infecciones intercurrentes, que años anteriores.
Los niños con EIM deberán seguir, por tanto, las medidas de prevención anti-COVID de acuerdo a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, al protocolo autonómico de organización y al plan de contingencia de cada centro. De acuerdo a la evidencia actual para los niños con mayor riesgo es necesario mantener los grupos burbuja pequeños, aulas ventiladas, distanciamiento, higiene de manos frecuente cada 1-2 horas, limpieza de superficies al menos 2 veces al día y a partir de los 6 años el uso de la mascarilla (FFP2/KN95 o quirúrgica en función de la tolerancia). Esta estrategia no debe implementarse únicamente en las aulas sino en todas las circunstancias: transporte, reuniones extraescolares, ocio… Idealmente los convivientes (hermanos, padres, abuelos..) de niños con riesgo alto deberían seguir estas mismas indicaciones en su aula o lugar de trabajo. No tiene sentido evitar el entorno escolar cuando el mayor riesgo se presenta en situación de ocio o actividades extraescolares.
En ausencia de mejor evidencia, podemos establecer diferencias entre los distintos EIM que pueden ayudar a identificar aquellos casos en los cuales pueden existir dudas razonables respecto a la respuesta frente a la infección. Para todos los grupos de EIM, la edad es un factor que podría ser determinante; los lactantes y preescolares pueden tener un mayor riesgo de descompensación que los niños en edades de escolarización obligatoria (mayores de 6 años). Recordamos que el pronóstico de los diferentes EIM es muy variable, y el riesgo asociado al COVID puede deberse a las complicaciones derivadas de los órganos afectados (cardiacas, renales, pulmonares,…), teniendo en este caso que seguir las recomendaciones establecidas por las sociedades científicas correspondientes:
- Los pacientes con fenilcetonuria, homocistinuria, galactosemia, fructosemia, tirosinemia tipo I y ciertas formas de trastornos de beta-oxidación de ácidos grasos (p.ej.MCAD) y glucogenosis, que siguen correctamente el tratamiento nutricional y/o farmacológico prescrito no son pacientes inmunodeprimidos. A día de hoy, no hay ningún dato que indique que los niños afectos de estas patologías presenten un aumento del riesgo de COVID-19 ni que, en caso de infectarse, su curso sea más grave. Por este motivo, no deberían tomar ninguna medida especial o adicional respecto a las recomendaciones generales.
- Se aconseja que los pacientes pediátricos afectos de acidemias orgánicas, acidemia glutárica tipo I, trastornos del ciclo de la urea, trastornos de beta-oxidación de ácidos grasos de cadena larga, glucogenosis tipo Ib y enfermedades mitocondriales en situación estable se incorporen a los centros escolares siguiendo de forma rigurosa las medidas de higiene y protección adecuadas. En aquellos pacientes con descompensaciones frecuentes o complicaciones asociadas, se recomienda tomar una decisión individualizada conjuntamente con su equipo médico habitual.
- Los pacientes con mucopolisacaridosis y otras enfermedades de depósito en situación estable, salvo indicación médica específica de no asistir, podrán acudir al centro si su condición clínica está ́ controlada, manteniendo medidas de protección de forma rigurosa,
- Los pacientes con trasplante hepático o de células hematopoyéticas han de seguir las recomendaciones de su equipo médico de cara a la escolarización, no sólo por el riesgo de COVID-19, sino de otras infecciones, tal como se realiza habitualmente.
- Para patologías más concretas o infrecuentes o potencialmente graves, se tendría que individualizar cada caso con su equipo médico responsable.
- El resto de patología metabólica, en general, no presenta un riesgo que impida la escolarización, siempre y cuando se sigan las recomendaciones hechas por su médico y se respeten las normas propuestas para el resto de población infantil. Cabe destacar que la inactividad y el sedentarismo en el confinamiento podrían tener un impacto negativo sobre la salud cardiovascular y mental del niño, y muchos niños con EIM pueden necesitar medidas de educación especial.
Las recomendaciones podrán ser modificadas en función de la evolución de la situación epidemiológica, las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y la publicación de datos científicos que cambien la evidencia de la que disponemos en estos momentos. Se invita a los profesionales y a las asociaciones de enfermos a que notifiquen todos aquellos aspectos que consideren ayuden a mejorar la “normalización de la vida” de los pacientes metabólicos.
Destacamos, por último, la importancia del cumplimiento del calendario vacunal y la valoración personalizada de administración de otras vacunas como son la vacuna frente a la gripe estacional, rotavirus o meningitis-B, o bien medidas frente a la broquiolitis, que pueden tener más impacto en la salud de los niños con EIM que el propio COVID-19.
Firmantes:
– Domingo González-Lamuño, Presidente de AECOM
– Carlos Alcalde, Presidente de SEEIM
– Isidro Vitoria Miñana, Coordinador grupo Nutrición AECOM
– Luis Aldamiz-Echevarría, Coordinador AECOM & Sociedad
2 de septiembre de 2020
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